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Antártida: geografía e historia

Antártida es un continente casi circular centrado alrededor del Polo Sur. Es el quinto continente más grande del planeta y está casi completamente cubierto por hielo. Esa agua congelada representa el 90% de todo el hielo del planeta y por lo tanto constituye una enorme reserva de agua dulce. Es además el único continente sin una población nativa. Únicamente 10 nacimientos humanos han ocurrido en la Antártida, de padres argentinos y chilenos (Explaining the science of Antarctic glaciology, s. f.). Aunque regulaciones internas, no explícitas en el Tratado Antártico, han intentado evitar que esto siga ocurriendo, para evitar su utilización política en la justificación de reclamos territoriales, como el caso del primer nacimiento en enero de 1978, que quizá fue una maniobra política (Argentina y Chile hicieron nacer bebés en la Antártida para reclamar territorio, 2018).

Los principales rasgos geográficos de la Antártida son: el océano Austral, o Mar del Sur, que la rodea; la Península Antártica que apunta hacia el Cono Sur de América; y las grandes bahías del Mar de Ross y del Mar de Weddell, cada una con una enorme plataforma helada: la de Ross y la de Ronne, respectivamente, que flotan sobre estos mares, como puede observarse en la Figura 1.1.

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Figura 1.1. Mapa de la Antártida y del Mar del Sur. Se muestran los principales rasgos físicos y límites políticos. Las áreas en blanco representan hielos perpetuos sobre basamento rocoso y las áreas beige muestran regiones donde el hielo de los glaciares flota sobre el Mar del Sur. Fuente: Australian Antarctic Data Centre (2007).

Tanto Antártida como Antártica son términos correctos para referirse a este continente; sin embargo, el segundo conlleva una definición semántica e histórica que data de los tiempos de la Grecia clásica. Aristóteles acuñó el término al plantear la hipótesis de que una “Terra Australis Incognita” debía existir en el sur para compensar la masa de los continentes en el norte. Planteó entonces que, como el Hemisferio Norte se ubica bajo la constelación de Arktos (la Osa), las tierras del sur, por ubicarse en la posición opuesta, deberían ser el Antarktikos (Berkman, 2002). Antártica, por lo tanto, significa lo opuesto al Ártico y desde varias perspectivas: el Ártico es un océano en el norte rodeado por continentes, mientras que la Antártica es un continente en el sur rodeado por un océano.

La Cordillera Transantártica, de alrededor de 4000 km de longitud, es el principal rasgo orográfico del continente y separa Antártida Occidental de Antártida Oriental. Esta cordillera representa la poca parte rocosa del continente que sobresale por encima del nivel del mar. Lo anterior se da porque los grandes glaciares continentales del Occidente y del Oriente de la Antártida, de alrededor de 3000 y 4000 m de espesor, respectivamente, hunden isostáticamente casi 1000 m a la mayor parte del continente (Lythe et al, 2000), según se aprecia en la Figura 1.2.

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Figura 1.2. Perfil topográfico y batimétrico a través del Continente Antártico. Note cómo la mayor parte del continente se encuentra bajo el nivel del mar; esto debido a la carga criostática que ejerce el peso de 2 a más de 3 km del hielo que lo cubre. Fuente: Scott Polar Research Institute (1983).

Por razones legales, asociadas al Tratado Antártico, el límite político de la Antártida se define por el paralelo de 60º sur (Figura 1.1). Dicha figura muestra, además, el límite de máxima extensión norte de las aguas marinas congeladas de la Antártida y la ubicación del Frente Polar Antártico o Zona de Convergencia Antártica (ZCA). A lo largo de este frente es donde se da la subducción hacia el norte de aguas dulces y frías provenientes de la Antártida, bajo aguas saladas y más cálidas de las regiones oceánicas subantárticas (Woods Hole Oceanographic Institution, 2006).

Alrededor del Frente Polar Antártico se da la circulación a gran escala, del Océano Austral, dominada por el flujo hacia el este de la Corriente Circumpolar Antártica. Esta corriente conecta las principales cuencas oceánicas del planeta, los océanos Atlántico, Índico y Pacífico, lo que permite el transporte de calor, nutrientes, carbono y otras variables climáticas fundamentales alrededor del globo y hacia el interior de los océanos (Freeman & Lovenduski, 2016). La ubicación del Frente Polar Antártico varía con las estaciones, pero tiende a mantenerse alrededor de los 50º de latitud sur hacia el Índico y el Atlántico y cerca de los 60º sur hacia el Pacífico. Esa definición de Antártida, como todo al sur de la ZCA, incluye, por lo tanto, las islas de Orkney Sur, Shetland del Sur, Georgia del Sur, y las Sandwich del Sur (reclamadas por el Reino Unido); las islas de Peter I, y Bouvet (reclamadas por Noruega); las islas de Heard y McDonald (reclamadas por Australia), así como las islas de Scott y Balleny (reclamadas por Nueva Zelanda) (National Geographic Society, s. f.).

Otro límite importante para la región antártica y subantártica lo estableció la Comisión Ballenera Internacional (CBI) (a la que Costa Rica se unió en 1981) con la declaración, en 1994 del Santuario Ballenero del Mar Austral. Estos límites aparecen en el párrafo 7b de la enmienda a la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas de 1946, aprobada en Portorož, Slovenia, en octubre de 2016 (International Whaling Commission, s. f.).

El continente antártico no tiene ni dos siglos de existir en nuestra historia escrita. A pesar de que, ya desde 1774, el capitán inglés James Cook, la persona que hasta esa fecha navegaba más al sur, había circunnavegado la Antártida, este no reportó, e inclusive rechazó, la existencia del continente (Beaglehole, 1961).

El primer avistamiento del continente antártico se le atribuye al oficial naval ruso Fabian Gottlieb Thadeus von Bellinhausen, quien entre 1819 y 1821, a bordo de los navíos Vostok y Mirnyi, penetró, en seis ocasiones, más al sur del círculo Antártico de 60º de latitud sur. En enero de 1821 Bellinhausen documentó varios avistamientos del continente (Antarctic logistics, s. f.).

No fue sino hasta en 1840 que el continente fue reconocido como tal, cuando el estadounidense Charles Wikes cartografió más de 3000 km de costa antártica (Gurney, 2002). Entre 1839 y 1843 se completó la expedición naval británica liderada por el comandante James Clark Ross, a bordo del buque Erebus y el Capitán Francis Crozier, al mando del buque Terror, quienes alcanzaron lo que hoy se conoce como la isla de Ross en el mar del mismo nombre (Ross, 1994). Entre esta expedición de J. C. Ross y hasta finales del siglo XIX, la Antártida se conoció y exploró principalmente por cazadores de focas y ballenas. Los avistamientos de sectores de ese continente por estos cazadores y durante la explotación de otros recursos marinos antárticos, sirvieron de base, en muchos casos, para justificar reclamos territoriales posteriores del continente. Lamentablemente, ya desde principios del siglo XX, esa explotación llevó a muchas especies al borde de la extinción.

En el marco de la Expedición Antártica Belga de 1897 a 1899, al mando del oficial belga Adrien de Gerlache, el barco RV Bélgica quedó atrapado frente a la costa oeste de la Península Antártica, y su tripulación se convirtió en el primer grupo de humanos en invernar en la Antártida. Esa se trató de una expedición puramente científica con investigadores de muchos países: un zoólogo rumano, un geólogo polaco, un astrónomo belga, un laboratorista ruso, un médico estadounidense y varios investigadores noruegos, entre los cuales se encontraba Roald Amundsen, quien, poco más de una década después, lideró la primera expedición que llegó al Polo Sur (Huntford, 1985). La de Bélgica fue una expedición que marcaba el presagio del carácter multinacional de las investigaciones en la Antártida. Los primeros en invernar en tierra firme lo hicieron el año siguiente en el Cabo Adare; fueron el noruego Carsten Borchgrevink y el resto de su expedición inglesa de 10 hombres (Borchgrevink, 1901).

Durante todo el siglo XIX se realizaron varias exploraciones al Mar del Sur, pero no fue sino hasta principios del siglo XX que iniciaron las exploraciones hacia el interior del continente con el objetivo inicial de alcanzar el Polo Sur. De 1901 a 1904 una expedición inglesa liderada por el capitán Robert Francis Scott invernó por dos años consecutivos frente a la isla de Ross. Como parte de esa expedición, Scott, Dr. Edward Wilson y Sir Ernest Shackleton se internaron hasta los 82º 17` de latitud sur. Shackeleton regresó y en 1909 estableció un nuevo récord alcanzando los 88º 23´ sur, a tan solo 180 km del Polo Sur (Huntford, 1985).

La expedición noruega de cinco hombres, liderada por Roald Amundsen, fue la primera en llegar al Polo Sur en diciembre de 1911; cinco semanas después llegó al polo la expedición británica, de 4 hombres, liderada por el Capitán Robert F. Scott. Amundsen fue un experto explorador quien con suficientes reservas de suministros lideró a su grupo hasta el Polo Sur y regreso sin mayor dificultad; Scott, por lo contrario, demostró ser un improvisador sin capacidad de liderazgo y responsable de llevar a la muerte a él mismo y a todo su grupo en el regreso del Polo Sur a su campamento base en Cabo Evans (Huntford, 1985). Un excelente compendio de lo que podría inclusive considerarse como intentos de incursiones a la Antártida, muchas españolas, se presentan en la página web del Instituto Antártico Argentino.

Luego de estas expediciones al Polo Sur y hasta poco después de la II Guerra Mundial, continuaron, por parte de varios países, múltiples expediciones nacionalistas con el objetivo de hacer reclamos territoriales. Esto llevó a confrontaciones entre los países por el traslape de reclamos y por la nomenclatura geográfica que cada nación utilizaba. Aun cuando los Estados Unidos de América (EE. UU.) fue uno de los países que más investigación y cartografía realizó de la Antártida durante la primera mitad del siglo XX, no hizo efectivo ningún reclamo territorial. Son solo siete países los que tienen reclamos en la Antártida: Argentina, Australia, Chile, Francia, Gran Bretaña, Noruega y Nueva Zelanda (Figura 1.3).

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Figura 1.3. Mapa con los límites de los reclamos territoriales del Continente Antártico presentados por 7 países antes de la firma del Tratado Antártico. Fuente: Australian Antarctic Data Centre (2004).

Para una historia muy completa, desde las primeras expediciones a la Antártida hasta las investigaciones científicas recientes, se recomienda consultar la información que J. Mastro y L. Mastro (2006) publican y documentan excelentemente en su página web “Antarctica on Line”. También se recomienda, para una versión resumida de la historia antártica, consultar Cool Antarctica (s. f. a).